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Tipo fijo o tipo variable en nuestra hipoteca

Tipo fijo o tipo variable en nuestra hipoteca

Al contratar una hipoteca, una de las primeras preguntas que te hacen es si quieres que el tipo de interés sea fijo o variable. Seguro que te habrás hecho esta misma pregunta y no sabrás cómo responder. No te preocupes, en este artículo te lo explicamos todo para que puedas decidir con tranquilidad.

¿Cuáles son los tipos de hipotecas?

Las hipotecas se pueden clasificar en función de su tipo de interés. Los tipos de hipotecas más comunes son las hipotecas a tipo fijo y las hipotecas a tipo variable.

La principal diferencia entre una hipoteca a tipo fijo y una hipoteca a tipo variable es el modo en que se determina el interés que se pagará sobre el préstamo. Con una hipoteca a tipo fijo, el interés se establece en el momento en que se firma el contrato y no cambia durante toda la duración del préstamo. Por lo tanto, los pagos mensuales de la hipoteca serán siempre iguales. Sin embargo, con una hipoteca a tipo variable, el interés puede cambiar durante la vida del préstamo, por lo que los pagos mensuales también pueden variar.

Aunque muchas personas prefieren las garantías que ofrece una hipoteca a tipo fijo, las hipotecas a tipo variable pueden ofrecer ventajas potenciales en ciertas situaciones. Las hipotecas a tipo variable suelen tener un tipo de interés inicial más bajo que las hipotecas a tipo fijo, lo que significa que los pagos mensuales iniciales serán más bajos. Sin embargo, debido a que el tipo de interés puede cambiar, los pagos mensuales también pueden subir o bajar durante la vida del préstamo.

Otro tipo de hipoteca es la hipoteca a tipo de interés mixto. Este tipo de hipoteca ofrece una combinación de una hipoteca a tipo fijo y una hipoteca a tipo variable. Con una hipoteca a tipo de interés mixto, el interés se establece en un nivel fijo durante un período determinado, después del cual se convierte en una hipoteca a tipo variable.

¿Cuál es el mejor tipo de hipoteca para mí?

Al contratar una hipoteca, es importante que tengas en cuenta tu situación personal y analices cuál de los dos tipos de hipoteca se adapta mejor a tus necesidades: fija o variable.

La hipoteca fija te permite hacer un cálculo exacto de las cuotas mensuales durante toda la vida del préstamo, lo que te facilita mucho la planificación a largo plazo. Sin embargo, esta tranquilidad tiene un precio: las hipotecas fijas suelen ser un poco más caras que las variables en el momento de contratarlas.

Por otro lado, la hipoteca variable ofrece un tipo de interés más bajo al comienzo del préstamo, lo que permite reducir significativamente la cuota mensual. No obstante, este tipo de hipoteca presenta el riesgo de subidas repentinas del tipo de interés, lo que podría aumentar significativamente la cuota mensual y dificultar mucho el pago del préstamo.

En resumen, si eres alguien con mucha estabilidad económica y prefieres conocer de antemano el coste total del préstamo, es posible que la hipoteca fija sea ideal para ti. Sin embargo, si quieres ahorrar un poco en las cuotas mensuales y no te importa asumir un cierto riesgo, la hipoteca variable podría ser tu mejor opción.

¿Cómo se calcula el tipo de interés de mi hipoteca?

El tipo de interés que pagarás por tu hipoteca se determinará en función de diversos factores, como el importe del préstamo, el plazo de la hipoteca, el mercado financiero y tu perfil como prestatario. Aunque no todos los factores están en tu mano, sí que puedes hacer una estimación aproximada del tipo de interés que te cobrarán por tu hipoteca.

Para ello, lo primero que debes tener en cuenta es el importe del préstamo. Cuanto mayor sea el importe del préstamo, mayor será el tipo de interés. Esto se debe a que los bancos consideran que los préstamos más grandes tienen más riesgo y, por lo tanto, cobran un tipo de interés más alto. Así pues, si solicitas un préstamo para comprar una casa de 200.000 euros, es probable que te cobren un tipo de interés superior al 2% TAE; en cambio, si pedís un crédito para comprar una casa de 100.000 euros, ese tipo de interés podría ser menor.

Otro factor que influye en el tipo de interés de la hipoteca es el plazo del préstamo: cuanto más largo sea el plazo, más bajo será el tipo de interés. Esto se debe a que los bancos consideran que los préstamos a largo plazo son menos riesgosos y, por lo tanto, cobran un tipo de interés más bajo. Así pues, si solicitas un préstamo hipotecario a 30 años, es probable que te cobren un tipo de interés inferior al 2% TAE; sin embargo, si pedís un crédito hipotecario a 10 años, ese tipo de interés podría ser mayor.

Por último, otro factor que influye en el tipo de interés de la hipoteca es tu perfil como cliente. Los bancos consideran que los prestatarios con un buen historial crediticio son un menor riesgo y, por lo tanto, cobran un tipo de interés más bajo. Así pues, si tienes un buen historial crediticio, es probable que te cobren un tipo de interés inferior al 2% TAE; sin embargo, si tienes un mal historial crediticio, ese tipo de interés podría ser mayor.

¿Qué otros factores debo considerar al elegir una hipoteca?

Al elegir una hipoteca, también debemos considerar el importe total que tendremos que pagar en intereses. En general, cuanto más bajo sea el tipo de interés, menos dinero tendremos que pagar en intereses a lo largo del plazo de la hipoteca. Sin embargo, si el tipo de interés es variable, podría subir y entonces terminaríamos pagando más en intereses.

Otro factor importante es la comisión que cobra el banco por concedernos la hipoteca. Esta comisión suele ser del 1-2% del importe total del préstamo y se suele cobrar al firmar el contrato. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que esta comisión esté incluida en el tipo de interés que nos ofrecen.

Otros factores a tener en cuenta son las condiciones del contrato (plazo, modalidades de amortización…), así como las garantías exigidas por el banco (avalista, seguros…). Cuándo debo contratar una hipoteca.

La hipoteca se suele contratar antes de comprar la vivienda, ya que el banco nos requerirá algunos documentos para comprobar que tenemos los recursos necesarios para hacer frente a las cuotas mensuales. Es decir, deberemos presentar:

El contrato de compraventa de la vivienda.

El DNI o pasaporte (y en su caso, el NIE).

Los últimos tres o seis meses de nómina o declaración del IRPF.

Por lo general, no será necesario presentar estos documentos si ya se había contratado una hipoteca anteriormente con el mismo banco y si somos clientes habituales. No obstante, siempre es recomendable informarse previamente sobre los requisitos exigidos por el banco para poder obtener la hipoteca.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de una hipoteca fija?

Las ventajas de una hipoteca fija son que el tipo de interés no cambia durante todo el periodo de la hipoteca, lo que hace que sea más fácil predecir cuánto dinero tendrá que pagar al mes. También es más fácil obtener una hipoteca fija, ya que los bancos están dispuestos a prestar más dinero a las personas que tienen una hipoteca fija. Las desventajas de una hipoteca fija son que el tipo de interés suele ser un poco más alto que en una hipoteca variable, lo que significa que podría acabar pagando más por su casa a largo plazo.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de una hipoteca variable?

Las hipotecas variables pueden ofrecer ventajas a corto plazo en forma de pagos mensuales más bajos, lo que hace que estén especialmente atractivas para los compradores que buscan reducir sus costos iniciales. Sin embargo, existe el riesgo de que los pagos suban significativamente si la tasa de interés aumenta, lo que podría resultar en dificultades para hacer los pagos y, eventualmente, en la ejecución hipotecaria.

Conclusiones, obtener nuestra mejor hipoteca

Después de analizar todos los pros y contras, ¿qué tipo de hipoteca es mejor para usted? Si tiene dudas, lo mejor es hablar con un asesor financiero o un agente de hipotecas. Ellos pueden evaluar su situación personal y profesional y ofrecerle el mejor préstamo para sus necesidades.